22 mil personas han firmado, sin darse cuenta, que realizarán 1.000 horas de servicios a la comunidad a cambio de acceder a Wi-Fi gratis. Todo forma parte de una broma para destacar una triste realidad: nadie se lee los términos y condiciones de los programas y servicios que utilizamos.
La autora de esta broma es Purple, una proveedora de Wi-Fi público que decidió modificar sus términos y condiciones. Esto fue lo que añadió:
“El usuario tal vez sea necesario, según los intereses de Purple, a llevar a cabo 1.000 horas de servicios a la comunidad. Esto puede incluir lo siguiente: limpiar los parques públicos de heces de perros. Abrazar a perros y gatos abandonados. Desbloquear manualmente atascos en cloacas. Limpiar retretes portátiles durante fiestas y eventos. Limpiar caparazones de caracoles para iluminar sus existencias. Sacar el chicle pegado de las aceras”.
Solo hubo una persona en las dos semanas que duró la broma que se dio cuenta de este añadido.
“Los usuarios de Wi-Fi deben leer los términos cuando firman para acceder a una red”, explica Gavin Wheeldon, jefe de Purple. “¿Qué están aceptando? ¿Cuántos datos están compartiendo? ¿Y qué derechos sobre dichos datos ofrecen a los proveedores? Nuestro experimento demuestra lo fácil que es darle a aceptar para consentir algo injusto”.
Por suerte, Purple no obligará a esas 22 mil personas a limpiar retretes o a pintar conchas de caracoles.
Fuente: Mashable