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Farolas inteligentes: ¿el futuro de la iluminación de las ciudades?

Redacción de Softonic

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Las ciudades son un reflejo de la sociedad que las crea, las cuida y las habita. Desde la implantación de las alcantarillas, los adoquines o el asfalto de las calles, a lo largo de la historia, han ido adaptándose a los distintos cambios que han sufrido las sociedades para convertirse en una herramienta más de la vida de los ciudadanos

En el momento que estamos viviendo, las ciudades también tienen que adaptarse para hacer frente a los grandes cambios que está experimentando la sociedad: ciudades verdes e inteligentes que sigan el ritmo de los ciudadanos del siglo XXI.

Farolas inteligentes: ¿el futuro de la iluminación de las ciudades?

En este sentido, la iluminación es uno de los retos que tienen las ciudades del siglo XXI. Actualmente se invierten grandes cantidades de dinero en los costes de iluminación. Según datos del Ministerio de Hacienda de 2016, Madrid gastó alrededor de 80 millones de euros y Barcelona, debido al menor número de habitantes y especialmente las dimensiones más reducidas, tuvo un gasto de unos 27 millones de euros

Luces más ecológicas y menos costes

Siguiendo la estela de inversión en energías verdes y alternativas de los países nórdicos, Noruega parece haber encontrado una posible solución al tema de la iluminación en el siglo XXI: farolas inteligentes.

La empresa Comlight ha sido la encargada de poner en práctica esta nueva tecnología, que une inteligencia artificial y materiales menos contaminantes y costosos. El funcionamiento es muy sencillo: las bombillas LED de las farolas se encienden al detectar movimiento en la calzada y después se vuelven a apagar cuando hayan cruzado los coches y peatones. De esta forma, el ayuntamiento se ahorra dinero y hay menos contaminación lumínica.

Aunque pueda parecer algo arriesgado no iluminar la carretera de forma constante, el truco de esta tecnología está en que las bombillas siempre están encendidas, sólo que lo hacen a un 20 por ciento de su capacidad, en una especie de letargo a la espera de que detecten movimiento.

El sistema de fondo que hace que sea posible entrar en el modo suspensión es muy sencillo: Cada farola lleva instalado un pequeño detector que salta cuando detecta el movimiento. Y esta sencilla tecnología, que responde al nombre de “Eagle Eye”, es la responsable de hasta un 35 por ciento del ahorro en los costes de la electricidad y en el impacto medioambiental.

España y las farolas inteligentes

En España, en 2016 Gijón empezó el camino hacia la implantación de farolas inteligentes. En agosto de 2017 ya había más de 1.000 en el centro de la ciudad y el objetivo es implantar otras tantas en otras zonas.

Con estas farolas inteligentes, el ayuntamiento cambia los focos de halogenuro de 150 vatios por luces LED de 60 vatios con el consiguiente ahorro, y a cambio puede controlar la intensidad de luz de cada farola. Además, recibe datos en tiempo real con lo que puede tejer una red de alumbrado inteligente.

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